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La calidad es la mejor receta para el éxito en Internet de su blog o “Content is King” supera a las estrategias SEO de posicionamiento

Hoy pretendo contarles cómo he conseguido posicionar entradas de este blog como segundo resultado de Google tan sólo por detrás de la Wikipedia, por ejemplo al buscar la famosa frase de Andy Warhol “En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos”, o cómo buscando la famosa frase de Karl Marx (no se equivoquen, el post no tiene un sesgo político y gusta a personas de todas las ideologías) “El capitalismo contiene la semilla de su propia autodestrucción” este blog es el primer resultado de Google. Pretendo contarles el por qué este blog puede traerles quincenalmente posts (creo) de cierta calidad.

Espero no decepcionarles, pero no esperen que les dé una lista del estilo a “Los 10 mejores trucos para un blog de éxito”. Eso lo dejo para otros blogs más comerciales, porque ya sé que a ustedes, como a mí, les gustan las cosas más profundas, detalladas y reflexivas.

Antes de seguir, me gustaría aclararles que el nivel de visitas de este blog me hace catalogarlo como un blog modesto. Hay blogs muchísimo más exitosos que éste, cuyas visitas se cuentan por millones. Pero sí que es cierto que estoy muy contento con los resultados que obtengo, puesto que mis posts ni son fáciles de escribir, ni son fáciles de leer, sobre todo porque hacen pensar. Y eso no es precisamente lo que más le apetece al público en general cuando a las diez de la noche por fin encuentra un rato para brujulear por internet antes de dormir. Por eso mis modestas cifras de accesos las valoro mucho más de lo que su mero montante supone. Sé que cada lector, cada visita a una de mis entradas, cada neurona dedicada a pensar en lo que les expongo, vale mucho, porque detrás hay alguien que razona, alguien que reflexiona, alguien que busca el mejorar día a día, y alguien que puede que esté buscando de alguna manera algo que tenga al menos parte de verdad. Estarán de acuerdo en que tener lectores así vale por muchos miles de lectores de otro tipo de lecturas digamos… más “populares” (¿O debería decir incluso “populistas”?). Y no se confundan ni quieran ver un tufo elitista en este comentario. Todo ser humano es capaz de hacer razonamientos interesantes, independientemente de su nivel cultural. Lo único que hay que tener es una buena predisposición y algo de fuerza de voluntad. Como muestra les diré que las mejores reflexiones en mi vida me las han hecho hacer mis abuelos, gente sencilla de la generación de la posguerra que no pudo ni acabar el colegio porque tenían que trabajar para ayudar a sus familias a comer.

En lo que respecta a Internet, no piensen que las estrategias de posicionamiento SEO lo son todo. En el primer párrafo de este post ya les he explicado sobre los resultados de este blog, y les puedo asegurar que yo no he hecho absolutamente nada de SEO. Es cierto que estar entre los primeros resultados da cierta ventaja inicial, pero si no son ustedes una empresa que trata de vender sus productos, si no tienen una competencia muy similar que les pueda aventajar tan sólo por aparecer antes que ustedes, si simplemente escriben como yo por el placer de encontrarse con sus lectores, les puedo asegurar que cuando la gente busca respuestas, trata por todos medios de encontrarlas, y no ceja en su empeño hasta conseguirlo, aunque sea en la décima página de resultados de Google. Si su contenido merece la pena, le acabarán encontrando y leyendo. A mí por lo menos me ha pasado. Poco a poco, le irán cayendo con cuenta gotas más y más visitas, y, sobre todo si escriben posts atemporales, un buen día Mr. Google se dará cuenta de que su contenido es relevante y que atrae un tráfico constante y mantenido a lo largo del tiempo. Y esto a Mr. Google le gusta mucho. Sí, queridos lectores, con ciertos matices, pero no lo duden: “Content is King”.

En cierta manera, les diré que creo que las estrategias de posicionamiento en buscadores han de actualizarse. Venimos heredando un enfoque un poco obsoleto basado muchas veces tan sólo en resultados de búsqueda, pero esto es una concepción más propia de cuando no había redes sociales. Hoy en día el posicionamiento en los buscadores y el reconocimiento en las redes sociales van de la mano. Son dos caras de la misma moneda, y el contenido es accedido en base a ello: los buscadores han de tener en cuenta todos los factores que hacen que accedan a su sitio de internet. Google les aseguro que ya lo sabe muy bien pero: ¿Lo saben ustedes?. ¿A que ahora ya entienden por fin la persistente insistencia de Google con su propio Facebook bautizado «Google+» ?. Sin duda la suya es una lucha por la supervivencia a largo plazo. ¿Que no?. Recuerden que Google es posiblemente la empresa más visionaria que haya existido jamás en el sector.

Servidor no tiene formación periodística alguna ni ha estudiado ninguna carrera de letras. Cuento tan sólo con mi imaginación, internet y las valiosas clases de Lengua que recibí en la EGB y en BUP/COU. No obstante, he llegado a ciertas conclusiones muy valiosas que me gustaría compartir hoy con ustedes. Se las resumo a continuación en unas breves líneas: tienen ustedes una línea para que el lector haga click en su artículo (o tres si acceden a él a través de una búsqueda en un buscador), un párrafo para conseguir que se lea el post entero, folio y medio para conseguir que repita como lector de su blog, y un párrafo final para conseguir que lo comparta en internet y, tal vez, que le deje un comentario. En el caso particular de mi blog, les añadiré algo adicional que es lo que más satisfacción me produce: un párrafo final también para conseguir que su lector se duerma dándole vueltas a la cabeza sobre un tema que hasta ahora no había tenido tiempo de pararse a pensar.

A partir de aquí, el resto ya depende de ustedes. Suerte ahí fuera en la blogosfera. No es un mundo fácil, y requiere mucho esfuerzo, muchas veces a cambio de nada; pero sin duda sí que es muy pero que muy gratificante. Por eso yo les sigo escribiendo. Este blog lo escribo yo, pero también les pertenece a ustedes. Si no me leyesen, yo no escribiría. Espero sinceramente que mis reflexiones les aporten algo positivo en sus vidas. Ésa es ni más ni menos la intención que pongo en ello. Como excepción, esta noche la daré vacaciones. Pueden irse a la cama teniendo en mente únicamente mi agradecimiento. Gracias por estar ahí. Sin ustedes no sería el bloguero que soy. Buenas noches y felices sueños.

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El poder de la creatividad y la imaginación o Cómo un profano puede aportar nuevas perspectivas

He de confesarles dos temas relacionados con este blog que me tienen sorprendido. El primero de ellos es el posicionamiento que me da Google para muchos de mis posts, y el segundo es la aceptación que mis posts tienen en ámbitos especializados en las distintas materias sobre las que suelo escribir. A ciencia cierta, no puedo decirles si ambos hechos están relacionados, pero sospecho que sí.

Desde hace años me fascinan esas personas que, una vez alcanzado un cierto estatus de conocimiento en una materia, son capaces de mirar con desdén nuevas teorías sólo por provenir de autores “no consolidados”. Craso error. Es una clara falta de humildad que puede llevarles a pasar de estar en el candelero dentro de su especialidad a estar en la reserva. Siempre he pensado que, por mucho que se sepa sobre un tema, cualquier profano puede aportarte un punto de vista novedoso que te haga cambiar tus teorías. Por supuesto, alguien especializado tiene muchos más campos y conocimientos para poder tener nuevas ideas sobre ellos, pero eso no quita que hasta un niño pueda darte una idea que aporte algo nuevo.

Éste es el poder de la creatividad y la imaginación, que sin duda hay que fomentar día a día en nuestros hijos desde que son pequeños, pero que también hemos de fomentar en nosotros mismos. Hay que tener cierta base, pero hay técnicas sencillas que pueden ayudarnos. Por ejemplo, una que yo uso a menudo se basa en romper la concentración cuando uno está enfrascado en un problema para el que no encuentra solución, y hacer durante unos minutos algo totalmente distinto. Nuestro cerebro funciona así. En segundo plano sigue trabajando con el problema sin resolver, pero hacer cosas distintas fomenta la asociación de ideas desde una perspectiva que antes no se nos había ocurrido. Muchas veces, aunque aparentemente no tengan relación con el problema a solucionar, de las ideas más descabelladas, surgen las mejores soluciones. Es haciendo estas tareas alternativas cuando muchas veces al cerebro se le enciende la bombilla.

Un servidor aplica esta técnica desde hace años, y hay incluso especialistas que afirman que, cuando uno tiene en el trabajo un problema entre manos que no sabe resolver, dedicar tres o cuatro minutos a revisar el TimeLine de Twitter puede ayudar a distanciarse del problema, para luego retomarlo con un nuevo enfoque.

Pero volvamos al asunto que da título a este post. Como les comentaba, me sorprende cómo un profano como yo en muchas de las materias sobre las que a veces escribo, consigue un número considerable de RTs y publicaciones en webs especializadas por parte de incluso doctores en la materia. Y yo no achaco este hecho en concreto al contenido de mi blog ni a ninguna característica personal mía, sino que pienso que la causa última está en una creatividad y una imaginación que la mayoría posee también, pero que no saben explotar adecuadamente. Les he comentado muchas veces que creo que uno de los problemas de nuestra sociedad no es que la gente no piense, sino que la gente no tiene tiempo de pararse a pensar. Y para tener ideas y dejar aflorar nuestra creatividad, hemos de reservar tiempo para darle vueltas a las cosas. Ésta es la razón última por la que les escribo en este blog puntualmente cada quince días desde hace 2 años y medio: para reflexionar yo, y para reflexionar con ustedes.

En bastantes personas, la creatividad es una cualidad que se va perdiendo con el paso de los años. Yo creo que este hecho va íntimamente unido a que las personas nos habituamos a nuestro entorno, y lo que nos rodea deja de sorprendernos conforme pasa el tiempo. Estoy convencido que la capacidad de sorprenderse y la creatividad están íntimamente relacionadas, y empieza a haber estudios que avalan esta teoría. Por ello mi mejor consejo es que presten atención a sus hijos, y les fomenten su actitud cada vez que se sorprenden por algo que a ustedes les parece de lo más normal. No vuelvan a meterles prisa en el camino a casa de vuelta del colegio cuando gritan emocionados que han encontrado una hoja de árbol roja en vez de verde, no les digan que no hay tiempo cuando se paren a mirar un hormiguero con fascinación, miren con ellos al cielo para descubrir imágenes conocidas en las caprichosas formas de las nubes. La creatividad y la imaginación son las cualidades más valiosas de los seres humanos, y fomentarlas en los niños, y mantenerlas de adultos, es algo que contribuye ciertamente al progreso de la humanidad.

Como hacen algunos malogrados científicos y artistas, profesiones de máximos exponentes de la creatividad humana, no fomentar el mantener su propia creatividad e imaginación, una vez que han perdido inevitablemente estas cualidades, les puede llevar a tratar de captar ideas de los más jóvenes, convencidos erróneamente de que juventud y creatividad son el único nexo posible, y teniendo la imperiosa necesidad de mantener su posición social y profesional a cualquier precio. Conozco algún caso de estos, así que tengan cuidado con ciertas personas, porque además nunca se lo agradecerán para no reconocer ante nadie el agotamiento de su propia capacidad. Inspirarse es legítimo. Copiar es mezquino. En mi mente hay una clara línea divisoria entre ambas acciones. Tracen ustedes su propia línea de separación, que esté más aquí o más allá dependerá de su ética personal y de si son capaces de fomentar y mantener viva su imaginación. Para mí la diferencia está en si se aporta algo nuevo sobre la base en la que uno se inspira, o si ni siquiera ya se tiene creatividad ni para eso. En todo caso, estarán de acuerdo en que no reconocer las fuentes de inspiración propias ya proyecta de por sí una sospechosa sombra de duda.

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