Archivos Mensuales: noviembre 2011

Las deudas de Merkozy o ¿Por qué Francia y Alemania están en deuda con la Europa periférica?

En este mundo hiperconectado, en el que la mayor parte de la información está disponible para todos en internet, sigue chocando que se olviden tan rápidamente los condicionantes de un pasado no tan lejano. Hagamos un poco de memoria y veamos por qué el dúo Merkozy (como se conoce en círculos económicos al dúo Merkel y Sarkozy) está en deuda con la Europa periférica, y por qué no se deben ver los necesarios rescates sólo como una consecuencia del presente, sino también como una consecuencia de circunstancias preexistentes que se remontan a cuando se fundó el Euro, y de las que tanto Francia como Alemania se han estado beneficiando durante toda la década pasada.

En el momento del lanzamiento del Euro, recordemos que tanto Francia como Alemania incumplían con su déficit el Pacto de Estabilidad, estaban en una fase de estancamiento, que en el caso de Alemania se debía parcialmente a la larga digestión de la reunificación. Mientras, España y los periféricos como el Tigre Celta u otros, iban viento en popa y hacían alarde de su posición económica aventajada. Y de aquellos lodos estos barros. Todo esto se tradujo en que el cambio de conversión al Euro del Marco alemán, la Peseta española y todas las divisas europeas, perpetuaron esta situación haciéndola extensible a toda la década. Me explico. Entonces, debido al estancamiento alemán y francés, el Marco y el Franco cotizaban a un tipo artificialmente bajo respecto al resto de economías de la Eurozona. Debido a que en aquel momento se estableció el tipo de conversión de todas las monedas al Euro, la consecuencia ha sido que aquella situación económica, a nivel de divisas, se ha perpetuado hasta hoy y se mantendrá mientras dure el Euro. Estos años atrás, Francia, y en mayor medida Alemania, han disfrutado de una economía boyante gracias a sus exportaciones. Bien es cierto que sus economías son exportadoras a todo el mundo, pero también lo es que sus principales socios comerciales están dentro de la Eurozona y el tipo de conversión les ha permitido ser mucho más competitivos respecto a nosotros.

Si a este punto del tipo de cambio le sumamos el hecho de que los tipos de interés del recién nacido BCE se mantuvieron bajos para incentivar el crecimiento en el corazón de la Eurozona, cuando la situación económica de los periféricos requería un repunte de los mismos para atajar las burbujas inmobiliarias nacientes en economías como la española o la irlandesa, tenemos que, al menos en una medida importante, hoy los periféricos estamos pagando el coste del estancamiento alemán y francés de principios de la década pasada.

Pero dejémonos de centrarnos en el pasado, hablemos mejor del presente y del futuro. Tanto que se habla de las contribuciones de capital alemán a los países periféricos, ¿Contribuye España al crecimiento alemán con algún capital?. Rotundamente sí: capital humano. Es por todos conocido que Alemania se ha convertido en el destino de decenas de miles de ingenieros españoles desempleados, bien formados, con idiomas, con experiencia. ¿Acaso no es este tipo de capital más importante que el meramente financiero?. Yo creo que sí, puesto que un ingeniero formado en las universidades españolas es el producto de muchos años de esfuerzo personal y social hasta que llega al mercado de trabajo. Y ahora resulta que, en lo mejor de su carrera, emigran a la ingenierilmente deficitaria Alemania para tributar allí. Triste negocio el que con esto hace la sociedad española. Y los alemanes pensarán que los ingenieros españoles no irían allí si no fuese porque aquí no tienen trabajo; eso es cierto en la mayoría de los casos, pero también es cierto que ellos no los habrían importado si no les hiciesen falta. Es un caso similar al de los capitales financieros alemanes que, junto con los de otros países, financiaron el boom español (por norma general los bancos españoles son deficitarios en capitales) y que ahora corren peligro. ¿Acaso los bancos alemanes no habrían preferido invertir en la seguridad de su propio país?, el motivo por el que vinieron aquí fue porque necesitaban invertir ingentes cantidades de dinero obtenidas durante toda la década de sus exportaciones, efectivamente, un excedente de capitales, y además buscaban réditos mayores a los que se les ofrecían en Alemania. Esos capitales, junto con los tipos bajos del BCE, también contribuyeron a la formación de nuestra burbuja particular, por no hablar de la inversión directa de ciudadanos alemanes en propiedades españolas.

No es mi intención volcar sobre Francia y Alemania todas las culpas de los males que afectan actualmente a los periféricos, aquí ha habido muchas cosas que se han hecho mal y de cuya gran mayoría sólo somos responsable nosotros.  No me tachen de anti-alemán ni anti-francés, soy más bien todo lo contrario: siento un profundo respeto y admiración por ambos países, pero me creo en mi derecho y en mi deber de expresar cuando no estoy de acuerdo en algo con ellos. Es la intención de este post relativizar esa concepción particularmente alemana, y en menor medida francesa, de que ellos han hecho sus deberes y ahora tienen que poner su dinero para rescatar a los que no los han hecho, ya que, parte de su dinero actual viene de nosotros, y parte de nuestras penurias actuales se deben a ellos.

Sígueme en Twitter: @DerBlaueMond

La Muerte de Darwin o ¿Tiende el hombre a su auto extinción?

Señoras y señores, en lo que a la raza humana se refiere, Darwin ha muerto. Tras esta impactante frase, que de buenas a primeras hace temblar los mismos cimientos de nuestra actual comprensión sobre la evolución de las especies, se halla una reflexión que hago y de la que realmente, en cierta medida, se desprende tan contundente afirmación.

¿Han pensado ustedes alguna vez en que, si por la famosa selección natural fuese, un científico tan importante como Stephen Hawking no estaría vivo?. Desde que se vive en sociedad, los patrones de los individuos que sobreviven y cuyos genes se perpetúan, han cambiado sensiblemente. Ya no prima tanto el instinto de supervivencia, ya no priman tanto las características físicas, ya no prima tanto la ley del más fuerte… prima el reconocimiento de la sociedad hacia las tareas que para ella se desempeñan. Tanto haces tanto vales. Y si no te vales por ti mismo, con ese reconocimiento social traducido en capacidad económica, puedes conseguir que otros se ocupen de ti. Esto implica directamente que, como en el caso tan llamativo de Stephen Hawking, aunque no seas capaz de sobrevivir por tus propios medios, puedas conseguir el personal o equipamiento que te permita seguir adelante y, lo que nos ocupa y es más importante, puedas formar una familia con la que tus genes se perpetúen.

¿Qué implicaciones tiene esto?. Algunos dirán que genéticamente la raza humana puede estar debilitándose puesto que genes débiles son transmitidos a generaciones futuras… bueno, esto, sin ser falso desde un punto de vista meramente físico, es matizable. La sociedad (ojalá fuese siempre) reconoce en términos económicos lo que le aportas para satisfacer sus necesidades; por lo tanto se perpetúan los genes que en ese momento desarrollan capacidades necesarias para su evolución. Sé que esto de “evolución” es muy relativo, hay individuos en nuestro entorno sobre los cuales me pregunto realmente en función de qué obtienen tantos recursos económicos de nuestra sociedad… pero estamos “idealizando” un poco, faranduleos y mundos rosas aparte, quedémonos con el ejemplo más constructivo de Stephen Hawking.

Pero la cosa no queda ahí. La influencia que el ser humano tiene sobre su entorno, permite que esta muerte de la selección natural se extienda a otras especies. Es conocido por todos los biólogos la amenaza para la diversidad de las especies que supone la agricultura y la ganadería. Estamos hablando de extinciones de especies naturales sólo porque aportan menos beneficios económicos a explotaciones ganaderas o agrícolas. Todos los años se extinguen multitud de especies ya no salvajes, sino también ganaderas o agrícolas, porque con la globalización poco a poco se va imponiendo en todos los países la misma raza de vaca (la que produce más leche), la misma especie de trigo (la que da más grano y resiste mejor las plagas) etc. Por no citar ya el impacto directo sobre especies que conviven en su día a día con el ser humano, como son los animales de compañía. Además de la debilidad que implica la poca diversidad de genes en los animales de pura raza y con pedigree, que se traduce en alergias, vulnerabilidad ante enfermedades, etc. podemos incluso hablar de razas que sin el ser humano se extinguirían, un ejemplo de ello es la raza canina Bulldog. Esta raza, a base de cruzar y cruzar entre sí individuos con genes muy similares para acentuar las características insignia de la raza (pecho ancho, cabeza grande, caderas estrechas), se ha llegado a un punto en el que la mayoría de las crías de Bulldog, ya en el vientre de su madre, tienen un cráneo demasiado ancho para que pase de forma natural por las caderas de la hembra al dar a luz. Es un hecho que, por ello, la mayoría de los cachorros Bulldog nacen por cesárea, lo cual quiere decir que, si no fuese por la intervención humana, no podrían sobrevivir por si solos.

Tras esta argumentación, supongo que ustedes estarán de acuerdo conmigo en que Darwin ha muerto, y si no ha muerto poco le queda. Vamos ahora a pensar un poco sobre las consecuencias.

Las repercusiones del impacto de la actividad humana sobre la diversidad genética del planeta son aplastantes, y nunca lograremos saber hasta qué punto esto es bueno o malo, porque cada vez que una variación genética se pierde, y se homogeniza debido a la pervivencia de un gen concreto, una especie seguro que pierde una opción de supervivencia ante el futuro. Sí, eso es, quiero decir que la Naturaleza es muy sabia, y sabe que el futuro es impredecible, no sabemos qué nos espera a la vuelta de la esquina, por ello que una especie tenga diversidad genética implica directamente que tiene más posibilidades de supervivencia según el planeta evolucione en uno u otro sentido: de ello depende su capacidad de adaptación a nuevas condiciones de vida. Además de este punto, muy importante ya de por sí, tenemos que, cambios de condiciones de vida aparte, e incluso mirándolo desde un punto de vista egoístamente humano, es esencial en el desarrollo humano la diversidad genética en el planeta. La mayoría de las veces el hombre no inventa nada nuevo, se limita a imitar lo que ve en la naturaleza; gran parte de los fármacos se basan en principios activos descubiertos en el medio natural, por no hablar de multitud de inventos como el velcro, basados en la observación de las especies del planeta… y todo esto tiende a desaparecer.

A modo de resumen diré que, según lo hasta ahora expuesto, queda claro que la actividad humana es ya un factor determinante en la genética de cada especie, incluidos nosotros mismos.

Sobre si esta actividad conduce hacia una mayor diversidad genética, por lo que a los humanos respecta, hay fuerzas encontradas. Por un lado está el hecho de que gracias al cambio en los patrones de los individuos que sobreviven que apuntábamos antes, hay una diversidad genética adicional, que si bien aporta individuos que no sobrevivirían por medios naturales, si es cierto que son genes que se extinguirían y que no sabemos a ciencia cierta para que pueden servir en la supervivencia de nuestra especie según sean las circunstancias futuras. Por otro lado, está el hecho de que la globalización humana implica la mezcla de distintas razas, donde se perpetúan los genes dominantes, perdiéndose la diversidad genética de los genes recesivos.

En cuanto a las especies animales y vegetales, de nuevo tenemos fuerzas encontradas. Hay especies y genes que sobreviven sólo gracias a nuestra intervención, y hay extinciones de especies tanto salvajes como domésticas y ganaderas o agrícolas dependientes de nuestra actividad.

Visto lo anterior, podemos decir que, lo más probable es que tanto para los seres humanos como para las demás especies, prima la homogeneización genética de las razas, adaptando la evolución genética a las necesidades de la actividad humana: es una subyugación de la Naturaleza a nuestro poder de influencia sobre ella.

Y tras estas reflexiones nos acercamos al quid de la cuestión. Para la misma supervivencia de la especie humana, sólo hay dos alternativas. O bien el ser humano deja de impactar por la mayor, tanto directamente como indirectamente, sobre la diversidad genética del planeta, cosa que empiezo a pensar que es imposible, o bien su desarrollo tecnológico le permite superar su tradicional dependencia de la naturaleza para seguir evolucionando como especie y como sociedad. ¿Nos ayudarán los ordenadores, la globalización e Internet a conseguir una evolución tecnológica que nos permita suplir la labor genética que la Naturaleza ha desempeñado durante milenios?.  Difícilmente, pues nos lleva mucho tiempo y experiencia de ventaja, y el gran problema ya no es si algún día lo llegaríamos a conseguir, sino que el impacto de la actividad humana sobre el planeta en la actualidad es ya tan importante que es ahora cuando nos tenemos que hacer esta pregunta. ¿Estamos actualmente en disposición de prescindir de la Naturaleza para nuestra evolución?. Esta pregunta apunta a una segunda cuestión de mayor calado: ¿Tiende el ser humano hacia su propia auto extinción?. Cada cual que se responda él mismo a la pregunta, y por supuesto, no toco el tema del respeto a otras especies animales y vegetales, que dejamos para otro post, aquí me limito a reflexionar desde un punto de vista meramente egoísta de la supervivencia de la especie humana.

Sígueme en Twitter: @DerBlaueMond

A %d blogueros les gusta esto: