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Ni Asimov llegó nunca a imaginar algo así o Cloud Robotics como la última tendencia en Cloud Computing
Publicado por derblauemond
Hace unas semanas leí una noticia que yo creo que el mismo Isaac Asimov, tras su celebérrima Saga de la Fundación, habría calificado como entre las más futuristas y premonitorias de las últimas décadas. La noticia en cuestión es la siguiente: «Los robots quieren convertir a internet en su cerebro colectivo«. Para los que no tengan el tiempo o las ganas de leer el artículo entero, les resumiré que la noticia relata cómo ya hay varias universidades de prestigio mundial poniendo en marcha un piloto para que haya en internet un repositorio de “conocimiento” compartido entre robots. De esta manera se replica en el mundo de la robótica una de las facetas más importantes que ha aportado internet a los seres humanos: lo que el sistema de inteligencia artificial de cualquier robot haya aprendido en cualquier punto del planeta, estará a disposición de todos los demás robots para que puedan incorporarlo a sus tomas de decisiones sin necesidad de que ni siquiera se les haya planteado todavía el mismo problema. Aprender de la robótica experiencia ajena, vamos. Y todo ello con la rigurosidad y falta de subjetivismo que supone que los robots estén gobernados por programas informáticos, un subjetivismo que en el caso de los humanos muchas veces nos ciega y no nos permite valorar adecuadamente datos y conclusiones de otros humanos, errores que no se cometerían en el caso de los robots.
El carácter innegablemente innovador por seguir una tendencia lógica en el sector de la tecnología, puede tener a largo plazo implicaciones revolucionarias si lo miramos desde una óptica futurista. Pero revolucionarias de verdad, y tal vez no para el bienestar humano precisamente.
Empecemos por los argumentos que les expuse en el post «En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos o Redes Sociales vs Inteligencia Artificial”. Ahí les comentaba que las redes sociales y la web 2.0 iban a permitir que, mediante la compartición global, los seres humanos conservasen y potenciasen su principal valor añadido frente a las máquinas: la creatividad y la imaginación.
El caso es que el Cloud Robotics ha iniciado sus andaduras como la compartición de conocimientos entre robots, pero no va a pararse ahí. No hay nada que impida que el conocimiento humano que hay en la red sea también aprovechado por los sistemas de aprendizaje y de toma de decisiones de los robots. Me explico, la Web 2.0 implica que a largo plazo todos los humanos acabarán poniendo en la red de una u otra manera las conclusiones y resultados de su creatividad e imaginación, y la conjunción de esto con el Cloud Robotics hará que dicha información estará accesible para que todos los robots la repliquen, utilicen y aprendan de ella. La compartición 2.0 que inicialmente les expuse como la tabla de salvación de las capacidades humanas, con este nuevo avance en robótica se ha tornado en una soga al cuello. Digo una soga al cuello porque, partiendo de la disponibilidad de la misma información, un robot siempre va a tener una memoria infinitamente más fidedigna que un ser humano, y además en sus búsquedas de información y consideración de la misma es mucho más metódico, objetivo, y riguroso que un ser humano. Y ahora, como parte de esa información 2.0, estarán disponibles para ellos también los resultados de los factores clave de diferenciación la preciada mente humana. En un futuro tal vez menos lejano de lo que parece, puede ser que los seres humanos pasen a ser un recurso fabril más para alimentar a la verdadera inteligencia colectiva de la nueva civilización (que ya no humanidad): la inteligencia artificial.
Pero vayamos más allá. En otro post «La Teoría del Caos 2.0 o La potencialidad de un comentario en las Redes Sociales” les expuse cómo las redes sociales y la web 2.0 permitían hacer extensiva la Teoría del Caos a la humanidad. Un tuit o un comentario publicado por cualquier persona en cualquier punto del planeta podría en cuestión de horas cambiar el parecer de (potencialmente) la humanidad entera, y por lo tanto cambiar el curso de la Historia. Esto ahora se podrá aplicar a los robots. Ya no habrá una inteligencia artificial parcelada, dependiente del algoritmo que un fabricante haya programado en un autómata producto de un proceso industrial de fabricación. Ahora, con el Cloud Robotics, lo que un simple robot de juguete aprenda en Japón sobre la expresión facial de su dueño para saber si siente miedo, puede ser utilizado de forma instantánea por un robot bélico en la otra punta del planeta para aterrorizar aún más a la persona a cuyo interrogatorio está asistiendo. O incluso aún más, entrando en el terreno de la ciencia ficción, podríamos pensar en cómo en una futurista guerra entre humanos y androides, que un robot en el frente de Nueva York aprenda sobre la mortal utilidad en humanos de una nueva cepa de virus desarrollada en un clandestino laboratorio androide, implicará que instantáneamente todos los robots del planeta dispongan de esa información y sepan cómo sintetizar su ADN para imprimir en el acto nuevas cepas en 3D, y así derrotar a los biológicamente vulnerables humanos.
Fantasías aparte, como poso de este futurista y controvertido post, me gustaría que se quedasen con que los robots van a ser muchos más, más especializados, más inteligentes, más creativos y más imaginativos que los humanos. En principio (sólo en principio), los robots no tienen por qué ser nuestros enemigos, sino más bien todo lo contrario. Eso sí, si en el futuro la fantasía robótico-belicista se vuelve realidad, y algún día los robots nos tratan de extinguirnos, a ver cómo se las arreglan sin nosotros. Les dejo con una frase del genial Isaac Asimov: “Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano, la guerra contra su extinción”. Pero yo añadiría que tal vez el quid de la cuestión no sea si los robots van a extinguirnos o no, sino que más bien el riesgo es que intenten subyugarnos y esclavizarnos para seguir alimentando con nuestras creativas ideas sus sintéticas mentes.
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Publicado en Ciencia, Cloud, Filosofía, Futuro, Inteligencia, Internet, Progreso, Redes Sociales, Sociedad, Socioeconomía, Tecnología
Etiquetas: 2.0, AI, Android, Androide, Asimov, Blade Runner, Caos, Cloud, Cloud Robotics, Humanoide, Humanos, Inteligencia Artificial, Mente sintética, Redes Sociales, Robots, rrss, Sintético, Teoría del Caos, Web 2.0
La Teoría del Caos 2.0 o La potencialidad de un comentario en las Redes Sociales
Publicado por derblauemond
La Teoría del Caos es uno de esos temas que siempre me han apasionado desde hace años, aunque soy consciente de que todavía no les he hablado en mis posts de ella. Esta teoría estaría en el origen de la explicación de fenómenos naturales tan aparentemente azarosos como la forma cambiante que va adoptando un cubito de hielo al derretirse o el serpentear de una manguera suelta y descontrolada echando agua, en ciencias como la meteorología, o en patrones como el comportamiento mismo de la bolsa. Son este tipo de sistemas tan complejos los que son objeto de explicación por parte de la Teoría del Caos, dejando a un lado la aparente arbitrariedad que clásicamente se les ha atribuido. Esta teoría fue formulada por el matemático y meteorólogo Edward Lorenz en 1963, y se basa en que una variación, aunque sea imperceptible, en las condiciones iniciales de estos sistemas dinámicos y complejos puede llevar a resultados radicalmente diferentes. Es de aquí de donde se origina esa famosa metáfora por la cual Lorenz dijo que el aleteo de una mariposa en Brasil podía originar un tornado en Tejas.
Hasta aquí nada nuevo, sólo he tratado de ponerles en antecedentes y me he limitado a resumirles los principios básicos de esta teoría. Es a raíz de un reciente tuit en Twitter de @AgustinSaGa, por lo que me he decidido a analizar el tema a continuación desde una nueva perspectiva actual y (creo) interesante.
Desde que fue formulada hasta nuestros días, la Teoría del Caos, si bien en su esencia permanece siendo vigente de la misma forma, en su aplicabilidad a nuestro entorno ha cambiado sensiblemente con los tiempos. Me explico. Uno de los sistemas más complejos conocidos sobre la faz de La Tierra es el ser humano, y por ende, las sociedades humanas pueden ser calificadas igualmente de gran complejidad, o incluso superior por su naturaleza agregativa de las diferentes complejidades individuales subyacentes. En las últimas décadas ha habido cambios significativos en nuestras sociedades y en la forma de interrelacionarse en ellas, que están teniendo y van a tener sin duda un gran impacto en el presente y futuro de nuestros sistemas socioeconómicos.
Tal y como les introducía en mi post «En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos o Redes Sociales vs Inteligencia Artificial«, la sociedad hiperconectada y la viralidad que fomenta son elementos claramente diferenciadores de las sociedades del siglo XXI, fruto principalmente de la llegada de la web 2.0. Es precisamente esta viralidad la que permite y sirve de base en la aplicabilidad de la Teoría del Caos a las sociedades actuales. Una pequeña variación en el pensamiento de un individuo a priori insignificante en el conjunto de la raza humana, puede rápidamente propagarse por los diferentes círculos sociales hasta volverse un pensamiento global, ejerciendo una poderosa influencia sobre todos los individuos y, por lo tanto, condicionando también la futura evolución del sistema socioeconómico en sí mismo. Esta conclusión coincide con la esencia misma de la Teoría del Caos que les explicaba antes: imperceptibles variaciones en las condiciones iniciales conducen a resultados radicalmente diferentes. Es lo que podríamos acuñar como Teoría del Caos 2.0.
Y me dirán ustedes, ¿Y de qué me sirve ser consciente de la existencia de una Teoría del Caos 2.0 si no me permite ni siquiera anticipar futuras tendencias sociales y socioeconómicas?. Les reconozco que la aceptación de la Teoría del Caos 2.0 como realidad de nuestra sociedad no es más que el reconocimiento de la propia ignorancia ante un problema cuya complejidad excede nuestras posibilidades técnicas e intelectuales actuales. Pero supongo que estarán de acuerdo en que, en todo caso, siempre es un avance el tener la Teoría del Caos que pensar que las tormentas se deben a los cambios de humor de Zeus como hacían los griegos. Algunos argumentarán que pasar de delegar la arbitrariedad en Zeus a delegarla en una fórmula matemática meteorológica indescifrable son dos caras de la misma moneda, y razón no les falta, pero una cosa es atribuir facultades a un Dios griego, y otra reconocer la existencia de leyes físicas, solo que son demasiado complejas para ser formuladas en su totalidad de forma consistente a día de hoy.
Por otro lado, a buen seguro, los estados represivos tratan o tratarán de bloquear este fenómeno del Caos 2.0, como también comentamos en el post «La profecía de George Orwell o El 1984 de las Redes Sociales«, puesto que las mismas herramientas sirven tanto de base para la Teoría del Caos 2.0, como también para su represión. Una bipolaridad que aprovecharán ciertos estamentos para intentar apagar lo que verán como un posible foco de inestabilidad, y que, en última instancia, pueden incluso aprovechar para, mediante los mismos medios, tratar de imponer su pensamiento único.
Piensen, reflexionen, imaginen, ideen, creen… lo que parta de sus mentes puede influirles de forma importante tanto a ustedes mismos como al resto de la humanidad. No todo es tan azaroso como puede parecer a simple vista, solo que hay cosas que trascienden nuestras posibilidades y leyes científicas actuales. Como siempre les digo, sean responsables, porque tienen sobre sus hombros muchas más responsabilidades de las que ustedes piensan, y el Caos 2.0 posiblemente sea la más influyente, poderosa e impredecible de todas ellas.
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Etiquetas: Caos, ciencia, Estado, pensamiento único, Política, Redes Sociales, socioeconomia, Teoría del Caos, Twitter, viral, viralidad