La creatividad en la locura o El delicado equilibrio de la cordura

Recientemente he tenido la ocasión de vivir de cerca los problemas mentales de un amigo íntimo, y sus involuntarias incursiones en el mundo de los «renglones torcidos de Dios». Estos problemas, así como sus creativas cualidades personales, me han hecho plantearme ciertas reflexiones que me gustaría compartir aquí con ustedes.

Es necesario empezar quitando algo de hierro a las enfermedades mentales. Es cierto que son afecciones graves, y que por lo general hacen sufrir al paciente más que otras dolencias, pero lo cierto es que la mayor parte de las personas se ven afectadas a lo largo de su vida por algún tipo de trastorno mental. Evidentemente hay un estigma asociado a este tipo de desórdenes, por lo que muchas veces se oculta celosamente un sufrimiento que debería inspirar más solidaridad que otra cosa. Nadie trata de ocultar que se ha roto un brazo, pero cuando es nuestra mente lo que falla, parece que reconocerlo abiertamente es motivo de incomprensión e incluso de exclusión social.

Por otro lado, esas líneas divisorias entre cuerdos y no cuerdos que tan artificialmente traza la sociedad, no son más que un difuso límite de falsa autoprotección que no existe en la realidad. Todos somos muy cuerdos para ciertas cosas, y podemos llegar a ser seres delirantes para otras. La diferencia sólo estriba en la situación que nos toca vivir en cada momento. El que hoy es cuerdo, mañana no lo es. El que es muy cuerdo para unas cosas, es a la vez poco equilibrado para otras.

Lo que tantas veces hemos leído sobre famosos genios de la humanidad, he tenido ocasión de corroborarlo con el modesto caso de mi amigo. Hay cierto grado de locura en la genialidad, y cierto grado de genialidad en la locura. Las personas con trastornos mentales suelen ser capaces de desarrollar extraordinarias dotes de creatividad, y a la vez las personas más creativas tienen personalidades que flirtean con las líneas que borrosamente dividen el mundo de los cuerdos del mundo de los no tan cuerdos. Esto tiene una clara explicación, y es que la imaginación y la creatividad son armas de doble filo, que tan pronto nos permiten crear nuevas realidades, ideas u obras, como nos trasladan a un irreal mundo paralelo. No hay más que escarbar. El precio de poder ver donde los demás no ven, y poder crear partiendo de un lienzo o un folio en blanco, puede tener una amarga contrapartida mental.

La estabilidad emocional y mental es algo que te viene dado, no tiene mérito. Yo valoro en esta vida lo que cuesta esfuerzo conseguir, por ello me gusta más la estabilidad inestable del que se esfuerza por caminar sobre el límite entre la cordura y la locura sin caerse al otro lado. Además, los monstruos que están más allá de la raya, a pesar de infundir terror y sufrimiento, hacen que al traspasarla siempre se vuelva al mundo de los cuerdos, además de con fantasmas mentales, con alguna idea creativa y original que se puede desarrollar desde la cordura recién recuperada.

La locura del genio no es algo que se elija, es algo con lo que se nace, y que se manifiesta según los disparaderos en los que nos pone la vida. La cordura absoluta no existe, y en todo caso, la poca cordura que de verdad queda en este mundo nos viene dada. La cordura no tiene mérito alguno. Lo que tiene mérito es la determinación por no parar de intentar mantenerse continuamente en el lado de los cuerdos. Tengan cuenta que lo que hace bella a la bailarina es su esfuerzo constante por mantener el equilibrio.

Sígueme en Twitter: @DerBlaueMond

Acerca de derblauemond

En la vorágine de la vida diaria que nos ha tocado vivir en esta sociedad del siglo XXI, apenas tenemos tiempo para pararnos a pensar, tiempo para la reflexión, tiempo para averiguar de dónde venimos y a dónde vamos. Acabamos haciendo las cosas de forma rutinaria, mecánica, como auténticos autómatas. Es por ello por lo que he creado este blog con la sana intención de, cada cierto tiempo, reservarme unos minutos de mi vida para darle vueltas a los temas que me interesan y colgarlos después en un post para compartirlos con todos vosotros. Podéis seguirme también en mi cuenta de Twitter @DerBlaueMond

Publicado el 8 enero, 2015 en Éxito, Ciencia, Educación, Filosofía, Futuro, Inteligencia, Psicología, Sociedad, Socioeconomía, Solidaridad y etiquetado en , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.

  1. Muy interesante. Aplicable a cualquier persona, cuerda o no cuerda. La «locura» es muy subjetiva, sólo porque se desmarca de los pensamientos de los demás, depende de la inteligencia de la persona que la analiza. Se puede interpretar de tantas formas !!!! Podría entrar en la originalidad de pensamiento de esa persona, en su mente más abierta que le hace ver de una forma más amplia las cosas que para los demás son rutina, sin importancia, porque ni se lo han planteado, !!! borregos de corral…..

    Me gusta

  2. Verdaderamente cuerdo lo que dices.

    Yo creo además en el papel decisivo de los padres en la mente futura del niño.

    Hay dos cosas que nos definen:

    Los primeros meses (que seamos cogidos en brazos versus abandonados meados en la cuna sin parar de llorar y sin que nadie nos toque).

    El ambiente de nuestra infancia en casa.

    Desde luego es un peligro para uno mismo ser imaginativo.

    Pero es un lujo ser capaz de crear algo que no existía.

    Por ejemplo este blog

    Me gusta

    • Muchas gracias por tu comentario César, y por tu reflexión sobre la educación infantil, que es muy acertada e interesante, además de una fuente de ejemplo e inspiración para los que estamos en edad de «crianza». Sobre tu bonito comentario sobre este blog, no dudes en que todos vosotros contribuís a que salga un artículo puntualmente cada dos jueves. Sin saber que estáis ahí para leerme, no sería capaz de encontrar la motivación para seguir haciendo el esfuerzo de escribir.

      Me gusta

Deja un comentario