Muerte en el mar
Tus pies desnudos
juegan con la arena negra,
ola tras ola,
y el mar que no cesa.
Una gaviota vuela inútil
sobre un pesquero perdido,
perdido y manchado,
manchado y perdido.
Su espesa carga,
ya llena las bodegas,
queda mucho por recoger,
y el mar que no cesa.
Un pez teñido de luto
lucha por nadar en la espesura,
un pez teñido de luto
lucha por salir de la mancha,
un pez teñido de luto
lucha por respirar.
Crespones negros
en los brazos marineros,
papá papá, ¿por qué se muere el mar?
El mar no muere, se le mata.
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Publicado el 15 diciembre, 2011 en Poesía y etiquetado en ecología, mar, marea, marea negra, medio ambiente, pesca, pesquero, poesía. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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